Quería estar solo. Necesitaba evitar pensar, pero no podía dejar de hacerlo.
¿A dónde iba? Nadie lo sabía. ¿Que quería? A ella. ¿Me había rendido? Bueno...¿alguna vez había tenido la esperanza de estar de nuevo junto a ella?
Ya no me quedaba nada, y me odié a mi mismo por ello. Me había convertido en la clase de persona que no quería ser; un esclavo del amor. Esa clase de tipo que al perder a su novia, lo ve todo oscuro.
Siempre me había reído de ellos, burlándome del hecho de que no se puede estar triste al perder una mujer, habiendo como había tantas otras en este estúpido planeta.
"Maldito hipócrita".- pensé tras darle una calada al cigarro.
Con la lengua saboreé mis labios, intentando recordar el dulce sabor que me dejaban los suyos.
Me había vuelto un drogadicto a la mejor droga que he probado en la vida; ella. Adicto a su aroma, a sus labios, a sus caricias, a su piel contra la mía.
Pero, al igual que todos los drogadictos, en algún momento se acaba el chollo, entonces llega el mono, y se te jode la vida.
Continué deambulando, intentando alejarme de todo el mundo, y de mi misma pena. Los minutos pasaron, las calles avanzaban, el cigarro se apagó, y fue entonces cuando la tristeza sobrepasó todo lo demás. Mis piernas se derrumbaron, y mi cuerpo cayó, sin hacer yo nada para remediarlo. Simplemente pegando mi espalda a la pared más cercana, y agachando la cabeza. Escondiéndome para que nadie vea las lágrimas que esa mujer me ha provocado.
La luna siguió avanzando por el cielo oscuro, y cuando ya creía que morir de deshidratación por tanto llanto era la mejor forma de acabar con esto, algo me golpeó suavemente en la cabeza. Levanté la cabeza, del escudo que se habían convertido mis brazos, y observé la bola de papel que el viento me había lanzado. Estaba muy arrugada, como si la hubieran plegado y desplegado un sin fin de veces. La cogí, sin ningún ánimo de ver lo que contenía, solo por hacer algo. No sabría decir si era de hombre o mujer, pero había un mensaje escrito con letra algo borrosa.
"No sé quien eres, ni como eres, ni lo que has hecho. Pero si estás leyendo esto, solo recuerda que eres libre.
Libre tanto para olvidar y volver a empezar como para quedarte en el pasado y ver como se te destruye la vida.
Libre para perdonar, o para guardar rencor.
Libre para realizar nuevas aventuras, o para quedarte pensando en aquellas que ya pasaron.
Eres libre, eres capaz de ser feliz de nuevo. Sólo tienes que proponértelo. Así que, inténtalo."
La volví a leer, y a releer, tantas veces que podría decir de memoria cada una de las palabras escritas. Algo en mi, muy pequeño, se encendió diciéndome que podría salir de esta. Era esperanza.
Entonces supe por qué el papel estaba tan arrugado, y la tinta tan corrida. Demasiada gente lo había leído, a demasiada gente había ayudado. Al igual que a mi. Doblé de nuevo el papel, y lo lancé para que el viento se lo llevase, y ayudara a otra persona que lo necesitase.
Me levanté, y volví por donde había venido. Necesitaba pensar que lo en ese papel ponía era cierto, necesitaba ser feliz de nuevo. Solo tenía que intentarlo. Miré el amanecer que se extendía ante mi, confiando en que la vida me traería más oportunidades.
Seguí caminando una vez más, sin saber a donde dirigirme, sin saber con quien hablar.
Conocedor de que este era yo. Un hombre más. Un drogadicto más en su proceso de desintoxicación.
He descubierto que estudiar historia me inspira. xD