Las lágrimas borrarán aquella sonrisa que tanto me costó formar. Porque una nueva etapa vendrá y no estoy preparada para ella. Porque me pilló desprevenida, cuando yo creía ser feliz. Porque vivía en uno de mis sueños, de aquellos que intentas no despertar, para poder seguir en él un poco más.
Pero me engaño, siempre lo he hecho, creyendo que podría tener una oportunidad. Aferrándome a la idea de vivir un cuento de hadas, donde nunca hubo nada de nada.
Ahora toca despertar de aquel sueño que nunca se hará realidad, ya nunca será un tu y yo. Tengo que hacerme a la idea de que somos yo sin ti. Y tu sin saber nada de mi. Como siempre ha sido, y como ya nunca lo podré cambiar.
Quizá fue porque pensé que tendría una nueva oportunidad para contar todo aquello que sentía. Quizá fue por eso por lo que podía dormir por las noches. Pensando en que tu estarías este nuevo año allí.
Pero ya no me queda nada por lo que luchar. Solo pequeños puntos en un camino, en el que ya no tengo apenas luz para verlos. Ya no puedo pensar con claridad, ni recordar por qué motivo debía sonreír cada mañana.
Solo me queda desear poder volver atrás, desear poder contar todo aquello que mi alma jamás pudo expresar.
Solo me queda esconder la mirada y fingir una sonrisa, para no preocupar a los demás. Con el paso del tiempo, creerán que lo he superado, y quizás hasta yo misma vaya a pensarlo. Pero en el fondo, detrás de todas las capas que interpuse entre la realidad y los sueños, sabré que no es verdad. Que nunca podré olvidarle.
Después de todo, el mundo seguirá girando, y yo continuaré parada en el mismo sitio. Pensando las mismas cosas, y aferrándome al deseo de tenerte aquí, conmigo. En vez de perderte, para siempre.
Supongo que lo peor será, buscar tu mirada y encontrarme con la nada.
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