viernes, 28 de diciembre de 2012

Buscar el límite entre lo que es real, y lo que es un sueño.

Avancé por aquel lugar que me era tan familiar: el sendero escondido, al lado del río. Ese sitio era mi lugar favorito, pues estaba alejado de los demás y perdido en el bosque. Siempre que quería pensar, siempre que quería desahogarme, venía aquí. A mi escondite secreto.
Nunca había llevado a nadie allí, por lo que aún me sorprendía estar caminando de la mano de él, quién en vez de observar el paisaje que el bosque nos otorgaba, miraba el suelo. Al igual que yo.

Recordé lo rápido que había sucedido todo. Y a la vez lo imposible que era. Por lo que no pude evitar suspirar.
Él se paró, provocando que yo también lo hiciera. Levantó la vista, intentando que yo hiciera lo mismo, y así poder averiguar que era lo que me pasaba. No lo consiguió.

Pero aún así, yo no era muy difícil de leer.

-Sigues sin creértelo, ¿verdad?- susurró rompiendo el silencio, que se había instalado entre nosotros, desde hacía un tiempo.
-Emm...bueno...-escondí mi cara con el pelo, para evitar que se diera cuenta de que era cierto.
Claro que no me lo creía. ¿Cómo podía hacerlo?

Se acercó a mi, tanto que pude sentir su corazón latiendo rápido contra mi pecho.

-Mírame.-me pidió, levantándome suavemente la barbilla, con la mano que enlazaba la mía  Desplacé mi mirada del suelo, a sus labios.- A los ojos.- insistió, y a regañadientes, consiguió que clavara mi mirada en ellos.
Olvidé todo lo que nos rodeaba. Lo que estábamos haciendo. Y hasta, donde nos encontrábamos  Me perdí en él.- ¿Por qué no puedes admitir que está ocurriendo de verdad? Yo te quiero... Tu me quieres...Admite que esto, es real.

-Yo....-intenté centrarme, a pesar de la hipnosis que sus ojos me producían.-Pues... porque estas cosas no ocurren.-dije con los ojos  llenos de lágrimas.- Los sueños nunca se hacen realidad.

- Esa excusa no me sirve, lo siento.-Negó con la cabeza.
Estaba serio, por lo que supuse que en verdad era un tema importante para él.
No solía ponerse así, por cualquier cosa.

Intenté pensar, y recapacitar en que era aquello que me impedía admitir que estaba ocurriendo. Pero llegué a la misma conclusión de siempre.

-Bueno, porque, al fin y al cabo es un sueño ¿no? Si de verdad se cumpliese,si de verdad pudiera cumplirlo, no lo llamaría sueño. Lo llamaría meta. O simplemente un objetivo.- razoné, a sabiendas de que no le iba a convencer de que yo tenía razón. Pero, bueno,  tampoco él me iba a convencer de lo contrario.
Menudo par de tercos que estamos hechos.

Pasaron unos segundos, en los que él absorbió dicha declaración.

-Supongo, que solo el tiempo te hará cambiar de opinión, ¿cierto? Pero confía en mi, créeme  Estaré aquí, a tu lado. Hoy, mañana, pasado. Todos los días. Siempre.
-¿Me lo prometes?
Acto seguido, entrelazó nuestras manos libres, y las traslado a su pecho.
-Te lo prometo.- susurró, con una leve sonrisa torcida en sus labios, tan característica de él.
Y por estúpido que pueda parecer, esa afirmación, consiguió relajarme.
Quizá tenía razón, y solo necesitaba tiempo para convencerme.

Se acercó aún más a mi, aunque ya casi parecía imposible, y cerrando los ojos apoyó su frente contra la mía.

El tiempo avanzó, pero ninguno de los dos queríamos movernos. Abrazarnos de esa forma, era algo totalmente mágico, y no estábamos preparados para soltarnos.

---

-Amor...-susurró con una voz profunda, lenta, sin prisa, y ¿por qué no decirlo? Totalmente sensual.-... déjame besarte.
-¿Por qué?- pregunté imitando su tono, y con una pequeña sonrisa en los labios.
-Porque te necesito...-contestó con angustia.

Ahí se acabó la conversación. No necesitaba preguntar más, ya que nunca le diría que no.
Y él lo sabía.

Todo me dio igual; si era real, si era un sueño, simplemente aprovecharía el momento.

No rompimos el abrazo, ni siquiera cambiamos la posición. Simplemente bajó un poco el rostro, y posó sus labios sobre los míos   Era un beso tierno, dulce pero a la vez apasionado y desesperado. Era una mezcla de sensaciones, que solo él sabía combinar. Y que yo adoraba.

Cuando el respirar se volvió algo totalmente urgente, trasladó su labios a mi oído. E intentando recuperar el aliento, para poder hablar correctamente, murmuró algo de tal forma, que consiguió que todo mi cuerpo se estremeciera.

-Te amo.
---

Y en ese momento, todo se apagó. Todo se quedó oscuro. Aparecí en un lugar totalmente distinto al que me encontraba segundos atrás. La realidad me golpeó, llevándose todo rastro de felicidad y dejando únicamente dolor. Otra vez.
Simplemente, desperté. Llorando. Gritando. Reclamándole.
Intentando recordar el sabor de sus labios.
Intentando recomponer mi corazón partido, por una promesa vacía.


Me lo prometiste.-susurré

***
Siento la falta de inspiración. En si, en mi cabeza la historia era preciosa, pero a la hora de escribirla, no me ha convencido. Aún así yo os la dejo.
Supongo que para que me vuelva a venir la inspiración, tendré que volver a estudiar historia xD

Espero que os vayan bien las vacaciones.

¡Feliz Navidad!

Just You And Me


2 comentarios:

  1. falta de inspiracion??? creo que es una de las mejores cosas que has escrito hasta ahora. sigue escribiendo que yo seguire leyendo :)

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