-Es raro, porque ahora mismo me estás contando una cosa muy triste y personal tuya, y sin embargo me lo estás diciendo con una sonrisa en la cara. Parece ser que ese es tu mecanismo de defensa.
-Ahora que lo dices sí, es cierto, no me lo había notado. Pero es que en este momento siento que, si no sonrío, me echaré a llorar. Y si me echo a llorar no pararé nunca.
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