domingo, 27 de mayo de 2012

Querida desconocida

Ese miedo que  sientes cuando una nueva persona entra en tu vida. Alguien que antes no conocías, ni tu querías conocer, pero que por casualidades del destino vuestros caminos se  cruzaron. Os dais una oportunidad y empezais a hablar. Muy tímidamente al principio, con pequeñas frases diseñadas para ese incómodo momento de presentación. Un ''hola, ¿qué tal?" Al que contesta un "bien ¿y tu?" Con el que respondes un "voy tirando." Pero ahí se acaba el estereotipo de conversación. Miráis cada una a un sitio diferente, intentando evitar el contacto visual, desesperadas por sacar conversación de donde fuera. Lo que sea, con tal de evitar ese silencio. Por alguna razón, surge una conversación, no muy importante, pero vital en ese momento. Todo se vuelve más sencillo. Tu te relajas, ella también, y empezáis a ser vosotras mismas; os echáis fotos, hacéis bromas, contáis anécdotas, os reís del pasado, soñáis un futuro...
Van pasando los días, y esa desconocida va haciéndose un sitio en tu corazón. Pasa de una desconocida a una compañera. De una compañera a una amiga. De una amiga a una parte de ti. El tiempo pasa, y vas confiando en ella, sabiendo que no te va a traicionar. Y al contrario que los demás, ella no te abandona.
Te quedas muy sorprendida al ver como han cambiado las circunstancias, pero te alegras de que haya sucedido.
Pasa cada vez más y más tiempo, cada una escoge su camino y labra su futuro. Casi no tenéis tiempo de veros, pero eso no importa; tu vas al álbum de fotos, abres la tapa y te sumerges en un mar de recuerdos a su lado. Recuerdas cada foto, cada risa, cada pillada de la cámara, cada caída, cada llanto... Coges el móvil y le escribes un ''te echo de menos''. Pensando que tardará siglos en leerlo y que quizás ya ni sepa de quien es. Pero te sorprendes al ver que a los pocos segundos te llega su respuesta diciendo: yo también, recuerda que siempre me importarás.
Y es entonces cuando no puedes evitar ponerte a llorar. Después de todo, hay muchos tipos de amistad y aun así te consideras afortunada al comprobar que existe una amistad que el tiempo no desgasta  y que la distancia no perjudica. Te alegra comprender que aquella desconocida/compañera/amiga le sigues importando, como lo hizo desde siempre y para siempre.









Por estar a mi lado.                                         







                                                                                            



                  
Por darte cuenta de que no estaba bien.



Gracias.



1 comentario:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...