domingo, 29 de noviembre de 2015

Pequeñas Aventuras: Salón del Manga (BCN)

¿Qué mejor forma de romper el hielo, de empezar los nuevos proyectos del blog, que con mis aventuras por el mundo friki?

Este año he podido visitar dos salones del manga (Barcelona y Murcia), y tenía pensado escribir una entrada recopilando lo mejor de ambos, pero se me quedaba hiper grande. Por lo que, mejor subo dos entradas y ya, que lo bueno y breve es dos veces bueno. Así que ala, ¡a disfrutar!

Primero comenzaré con el de Barcelona, pues ha sido la primera vez que voy.

Viernes, 30 de octubre de 2015.

Después de faltar a clase (porque soy una rebelde) para hacer la maleta con tranquilidad y ultimar detalles, me enfrenté a siete horas y pico de tren (aunque casi más bien ocho y pico porque RENFE o llega a su hora, o tiene un retraso épico) que dediqué a comer, ver películas y por supuesto, estudiar la gran pila de apuntes que me había llevado. Todo eso en compañía de un gran número de desconocidos que no es que fueran geniales pero, en comparación con los que tuve a la vuelta, eran santos.

Finalmente llegué a Barcelona, mi novio-guía me estaba esperando (y desde hacía ya mucho por el épico retraso), fuimos al metro, nos equivocamos de metro, cambiamos de metro (yo ya muriéndome de hambre), llegamos a un restaurante, comimos comida y bla bla bla.

Sábado, 31 de octubre de 2015.

Después de una larga noche de "ay, que frío ¡manta pa' arriba!" y "ay, que calor, ¡manta pa' bajo!" sonó el despertador de "oye, nena, si no quieres pasarte 283298302 horas en la cola para el salón, levántate" (aunque calculé mal y al final me pasé 283298302 horas en la cola).

Total, que salimos a la calle, perdimos el bus y tuvimos que ir a patita pero al final llegamos a uno de los sitios a los que siempre voy cuando visito Barcelona.

 ¡Starbucks!


¡Y sus muffins que son una de los mejores dulces que he tomado en mi vida! Y su frappuccino que al final me ha enganchado, (lástima que el sitio sea taaan caro, porqué sino me haría vip de tantas veces que iría).

En fin, después de esta paradita obligatoria, cogimos el metro y ale, al salón del manga. ¿Y qué fue lo que nos encontramos allí?

Colas, colas y más colas.

Y unas personas delante de mí con un cosplay de Ranma que *---*
¡Gente, gente, gente por todas partes! Una cola tan y tan larga que tuvimos que preguntar al segurata donde empezaba y si era la correcta (porque si llego a hacerla y luego es para comprar la entrada o para otra cosa yo ya me iba de la vida).

Así que nos pusimos en esa enorme cola que recorría varias veces varias calles (y que si hubieran en línea recta lo mismo me salía de Cataluña). Como todo el mundo iba ya con sus cosplays, decidí que era la hora de ponerme el mío. Y allí hice mi transformación en Baymax (que simplemente era ponerse un body sobre la ropa).
Tan suave que parecía que me abrazaba una nube.
Tan blanco que me daba miedo sentarme o simplemente rozar algo.
Dos horas más tarde (ya casi a la hora de comer) entramos (¡por fin!) en el recinto que estaba formado por una enorme esplanada, y luego unos cuantos edificios cada uno dedicado a una cosa. Era increíblemente enorme (¿o enormemente increíble?). Así pues, el novio (que había dejado de ser guía porque hacía tiempo que no iba a ese salón) y yo, nos fuimos directos al edificio del merchandising. Y madre mía, ¡qué merchandising! Había tantas cosas que tenías que ver todos los puestos para ordenarte las ideas y decidir que comprar. ¡Pero había tantos puestos que, después de las dos horas de plantón en la cola, era imposible hacer dos vueltas! Cuando ya creías que habías terminado de verlo todo, seguías caminando y de repente estabas en otra sección que no habías visto. Alucinante.

Pero, primero, otra parada obligartoria. Esta vez en el puesto de fuentes de chocolate y dulces. Me habían hablado mucho de ese puesto, y tenía muchas ganas de probar sus pinchos de gofre o de donut con caliente chocolate negro.


Yo me pedí el gofre y estaba *----*

Por lo demás, fuimos de stan en stan, intenté mantener a ralla mi lado consumista y no gastarme demasiado dinero (porque todo era muy bonito pero muy caro), y una vez entrada la tarde acabamos (muertos) con la sección de merchandising. A continuación y a pesar del cansancio nos marchamos de aquel edificio y cotilleamos un poco los otros y vimos algún que otro concurso. He de decir que, además de los increíbles cosplays que había...

Me habría gustado mucho hacerme una foto con este grupo con un cosplay de Naruto,
pero me parecía que estaban preparándose para el concurso y no quería molestar.

La verdad es que el cosplay era alucinante.

Aquí con uno de los Bo Bo Bo que vi.

Y, obviamente, no me pude resistir a hacerme una foto con mi querido Doctor.
 ...otra cosa que me sorprendió fue el edificio dedicado a la comida oriental. ¡Cuanta comida y que apetitosa! Realmente fue una lástima no poder comer nada de aquello (por problemas médicos que si hubiera podido... Muahaha).

Finalmente, después de un día de ajetreo, colas, compras, reencuentros, presentaciones y demás, cerramos el telón y nos volvimos a casa a disfrutar de los mejores capítulos de Halloween de Modern Family.

Domingo 1 de noviembre

Fue exactamente igual que el viernes, pero con alguna que otra lagrimilla, con menos ajetreo pre-tren, y con más ajetreo durante-tren.

Conclusiones: El Salón del Manga de BCN me ha encantado, pero no volvería a ir un solo día, y menos el sábado. Es un salón tan grande que tienes que tomarte tu tiempo para exprimirlo al 100%. Uno de los aspectos positivos es que las entradas se podían comprar por Internet y con descuentos, y uno de los negativos es que la próxima vez tendré que madrugar muchísimo para no tragarme una cola de dos horas y pico.



Y hasta aquí por hoy. Espero que os haya gustado esta entrada de esta nueva sección y que si habéis ido a un salón os lo hayáis pasado genial.


PD: El tiempo del norte no me provocó un resfriado 
así que yo lo considero un viaje con una gran victoria.

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